El precio de una vivienda no es un asunto baladí. Entiéndenos, si te puedes ahorrar un poco de dinero, mejor que mejor, ¿verdad? Sin embargo, para poder negociar el precio de una vivienda es necesario que entendamos una serie de pautas a tener en cuenta a la hora de jugar con nuestra contraparte. Hoy te queremos enseñar.
Negociar el precio de una vivienda está en tu mano
Puede que te resuene a película de fantasía barata, pero no, no te estamos tomando el pelo. Negociar el precio de una vivienda está en tu mano y, si sabes cómo jugar tus cartas, te vas a dar cuenta de que tu mano es mucho más poderosa de lo que te parece a simple vista.
Hay siete factores que tienes que tomar en consideración a la hora de negociar el precio de una vivienda:
- Escoge un particular.
- Reduce el número de visitas.
- Estudia el mercado.
- Cuenta con otra opción.
- Busca los desperfectos.
- Juega con el factor psicológico.
Escoge un particular
Como te puedes imaginar, cuantas más personas anden mareando la perdiz, más complicado será llegar a un acuerdo. Por ello, si tienes la posibilidad, habla directamente con el propietario. Será mucho más sencillo negociar el precio de una vivienda con él, que con un intermediario.
Este va a tener siempre mucha más prisa en vender. El intermediario tendrá en su cartera, probablemente, varios inmuebles y si no es el que tú quieres, seguro que alguien ha picado en el cebo que ha colocado en otra propiedad.
Por su parte, el propietario querrá encontrar rápidamente a algún cliente que le ayude a quitarse de en medio el inmueble lo antes posible. Esto le llevará a ser más flexible en vuestras conversaciones.
Reduce el número de visitas
Una cosa está clara. La vivienda la vas a tener que visitar sí o sí antes de comprarla. Ahora bien, no abuses de tus pasos por la misma, pues esto denotará que sientes un interés demasiado exacerbado como para mantenerte en una posición en la que puedas negociar el precio.
Pon siempre cara de póker.
Estudia el mercado
La información es poder. Conocer el valor de mercado del resto de los inmuebles te permitirá encontrarte en una situación de poder a la hora de negociar el precio de la vivienda. Sin esta información, el resultado será lanzar ofertas al azar, sin criterio alguno y te estarás precipitando al vacío.
Además, si conoces el precio de mercado de los inmuebles de alrededor, en cuanto veas que te toman por tonto, podrás buscar otra oferta.
Cuenta con más de una opción
Un consejo para la vida es que nunca te juegues todo a una carta. Siempre es bueno contar con un plan B, una bala en la recámara para disparar si la primera se queda encasquillada.
Es importante que el vendedor sea consciente de que no estás únicamente interesado en su inmueble, sino que hay otros que también te están haciendo tilín. En caso contrario, dejarás entrever cierta desesperación en tu tono y, ¿sabes qué no consigue esta sensación? Descuentos y poder negociador, que es lo que tú quieres.
Busca los desperfectos del inmueble
Para comprar un inmueble, tienes que acudir siempre muy despierto. Activa el resto de tus sentidos y lleva una cámara entre las manos. Míralo todo con mucha atención y busca esos desperfectos que podrás usar a la hora de negociar el precio de una vivienda. Si encuentras los adecuados, no te será difícil golpear el centro de la diana y conseguir una cuantía más beneficiosa para tu parte.
Juega con el factor psicológico
Sería el broche final tras una ardua negociación. Debes sonar convincente cuando le cuentes al vendedor que eres el candidato ideal. Prueba tu solvencia. Demuestra que en tu banco ya han dado por buena tu solicitud hipotecaria, deposita la fianza… El propietario verá en ti a una persona de confianza, digna de merecer la casa que ha puesta a la venta.
Si sigues estos pasos, notarás cómo pones en valía tu poder negociador ante el vendedor. No sabemos cuánto podrás ahorrar, pero cualquier cantidad que consigas ahorrarte, mejor que mejor.