Vivir en las alturas sin padecer vértigo alguno; levantarte por la mañana sabiéndote dueño y señor de todo un reino. Seguro que deben ser sensaciones indescriptibles, ¿no creéis? Aunque para dominar el mundo algunos debieron dejarlo todo arrasado a su paso. Que se lo digan a Tiberio o a Napoleón, por ejemplo. Pero que les quiten lo bailao. Uno era hedonista hasta la médula y el otro… bueno. Su hermano no apartaba la botella de sus labios ni de broma. ¿Pasará lo mismo con aquellos que han creado un imperio inmobiliario desde cero? Y no nos referimos a posibles botellas. Eso lo ignoramos. Tan sólo queremos hacer alusión al probable tren de vida que conducen, fruto de una fortuna amasada a base de trabajo. Eso sí. Porque estos personajes no invaden naciones extranjeras, más bien controlan la economía a escala mundial.
He aquí los ricachones más importantes del sector de bienes raíces:
1. Wang Jianlin
El hombre más rico de China. Más poderoso que cualquier miembro de la dinastía que ocupó la Ciudad Prohibida. Tiene un patrimonio de 25.000 millones de dólares. Peccata minuta. Seguro que lleva tantos billetes en el monedero que cuando entra en un bar a tomarse un baijiu, acaba comprando el local entero. Está al mando de Wanda Dalian Group, la empresa de bienes raíces más poderosa del gigante asiático. Este rey Midas inmobiliario es dueño de 75 almacenes, 85 centros comerciales, 51 hoteles cinco estrellas… Siempre tendrá donde caerse muerto.
2. Lee Shau Kee
Ser el segundón inmobiliario de un país jamás había tenido mejor sabor de boca. Algo que se entiende gracias a dos razones. La primera es muy sencilla: 24.000 millones de dólares. ¿Cómo no iba a resultar fácil ser el segundo con semejante riqueza? El otro motivo para estar contento ya no es tan sencillo de explicar, pues si consideramos Hong Kong como país independiente de China, Lee Shau Kee sería el hombre más rico de la tierra que lo vio nacer. Pero claro, aquí ya entramos en pormenores diplomáticos que bien pueden desencadenar polémicas. Basta con decir que el magnate que nos ocupa es presidente de Henderson Land Development. ¿Os suena?
3. Donald Bren
Tenía que haber algún estadounidense en la lista de los más ricos. ¿Cómo no iba a haberlo? La potencia más opulenta del planeta necesita un representante en cada negocio en el que irrumpe. Donald Bren es presidente de Irvine Company, una empresa que gobierna la industria inmobiliaria norteamericana con mano de hierro. Dominador absoluto del sector. La compañía cuenta en su haber con multitud de propiedades, pero nos ha llamado la atención el siguiente dato: 3.716.000 m² de oficinas. ¿Sabéis la de gente que puede trabajar ahí?
4. David & Simon Reuben
Casi no se sabe nada de los dos hermanos multimillonarios más ricos del Reino Unido. Conseguir declaraciones suyas es más difícil que saber declinar en alemán. Aunque sí se sabe que sus riquezas ascienden hasta los 11.483 millones de dólares. Una suma tan desorbitada como los ojos de tu madre al decirle que te casas. Nadar en océanos de dinero les permite apostar por causas justas. Dicho en otras palabras: son unos filántropos. La Reuben Foundation – establecida en 2002 – realiza donaciones en campos como la medicina y la educación. Les preocupa el devenir del mundo. Y también su privacidad.
5. Thomas & Raymond Kwok
Y si los dos anteriores hermanos destacan por su altruismo, la sombra de la corrupción envuelve las figuras de Thomas y Raymond Kwok. Sobre todo la de Thomas, que cumple una condena de cinco años por conspiración después de haber realizado cuantiosos sobornos a favor de su empresa. Su hermano menor, ahora capitán en solitario de Sun Hung Kai Properties, quedó absuelto de todos los cargos. Dos magnates del sector inmobiliario que fundaron una de las empresas más importantes de China. Y a pesar de su innegable fortuna, uno de ellos se encuentra entre rejas. Para que luego digan que el dinero todo lo compra.
6. Gerald Cavendish Grosvenor
El 6º Duque de Westminster. El personaje aristocrático más rico del Reino Unido. Lord Gerald tiene dinero y contactos a mansalva. ¿Que por qué lo decimos? Pues porque toda su riqueza esparcida por el suelo cubriría toda Escocia; y porque es íntimo de la reina de Inglaterra. Uno de sus bienes más preciados es su jet privado, un Cessna Citation X, valorado en 7.248.000 dólares. Se lo dejó al Duque de Cambridge par irse de vacaciones a los Alpes franceses. Favores de la corte, de duque a duque. Se dice que su firma, Grosvenor Estates, tiene propiedades en las zonas más sofisticadas de Londres. Aunque sus dominios también se extienden por Europa y Canadá.
7. Rodrigo Niño
Puede que no sea un magnate, pero su prosperidad en el negocio de bienes raíces no puede quedarse sin mención. Se trata de un auténtico pionero, uno de los padres del crowdfunding de bienes raíces. Es colombiano y se llama Rodrigo Niño, un hombre que nació para triunfar en el sector. Alguien que tras haber militado en prestigiosas agencias inmobiliarias decidió volar por su cuenta. Sin ayuda de nadie. Empacó sus maletas y se mudó a la Gran Manzana, fundó su propia empresa – Prodigy Network – y llegó a trabajar en proyectos encabezados por el mismísimo Donald Trump. Ha sido capaz de recaudar unos 300 millones de dólares gracias a su modelo de negocio centrado en el crowdfunding.
8. Donald Trump
Aquí tenemos un magnate de la cabeza a los pies, alguien que en la actualudad vive en el punto de mira de la opinión pública. Porque Donald Trump no es solamente uno de los candidatos a ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca, es también uno de los hombres más ricos del planeta. Su controvertida fama le precede, pero lo que resulta innegable es el poderío que atesora en el sector de bienes raíces. Su empresa, The Trump Organization, es la responsable administrar una lista inmensa de propiedades. En su momento declaró su fortuna en 10.000 millones de dólares. Y pensábamos que sólo íbamos a incluir a un norteamericano en esta clasificación. Somos unos ilusos.
¿Te imaginas a ti mismo llevando el timón de una empresa que acaba convirtiéndose en un gigante? Pues ya sabes por dónde empezar, compañero. Todas las historias tienen un principio.