Este año no será nunca más un año de buenas caras. Se ha terminado todo esto de demostrar lo que nos queremos solo una vez al año. Con Punto Propiedad Co que no cuenten para ello. ¿Para qué? El amor, o se demuestra cada jornada, o no tiene sentido. ¿Y sabes qué es lo que pasa cuando nos acomodamos? Que nos pegamos el leñazo. Por ello hoy te queremos contar qué es lo ocurre cuando la hipoteca dura más que el matrimonio.
La hipoteca manda y el amor perece
Lo primero es ponerse en contexto. Sin las cifras oportunas no es tan fácil encarar este mensaje. En el año 2018 se divorciaron más de 22.000 parejas. Una cantidad que, si la quieres poner en perspectiva, tienes que saber que es más del 20 % de los matrimonios que se produjeron ese mismo año. Es decir, que, prácticamente, uno de cada cuatro uniones acaba en fracaso.
Por si estas cifras no fueran suficientes, tienes que saber que está al alza. Aumenta casi al mismo ritmo de lo que sube el precio de la vivienda. En los últimos cuatro años se ha experimentado un incremento nunca visto. Lo ha hecho en más de un 20 %.
Y es que ni a ti ni a nadie le tenemos que contar cómo funciona este sentimiento. Al principio es un tesoro. Una realidad que queremos cuidar. Sin embargo, con el paso del tiempo las discusiones ganan la partida a las sonrisas. Las noches eternas viendo películas se convierten en discusiones y ganas de sentarse en cualquier otro lugar del mundo.
Por ello te queremos advertir. Aunque no lo sepas, si el amor caduca, la hipoteca se mantiene perenne. En esta situación, gozas de dos opciones a tu disposición:
- Vende la vivienda y pon fin a la hipoteca.
- Extingue el condominio y alcanza un acuerdo con el banco.
¿Las analizamos por separado?
Vende la vivienda y pon fin a la hipoteca
Esta idea es, probablemente, la primera que se te ha venido a la cabeza. Después de todo, ya sabes lo que dicen: muerto el perro, se acabó la rabia. No hay mejor manera de evitarse los dolores de cabeza que cortar de raíz y arrancar una nueva vida sin más vínculos comunes.
El procedimiento es simple y conocido. Colócale el cartel de se vende a tu vivienda. Aprovecha este color de un mercado que se muestra al alza. Seguro que ahora puedes lograr unos ingresos considerables. Con esa cuantía, paga la deuda a la entidad bancaria y olvídate de esta etapa para iniciar otra.
Puede darse el caso de que la cuantía que recibas no sea suficiente para cancelar la hipoteca. En este caso, recuerda que ambos seguiréis ligados como deudores a la entidad bancaria. Además, de manera solidaria. Vaya, que si uno no paga, lo tendrá que hacer el otro.
No os olvidéis de plantearos la idea de la dación en pago. Es interesante en según qué casos, aunque en los tiempos recientes no sea una práctica que acostumbren a tomar.
Extingue el condominio y alcanza un acuerdo con el banco
Esta es la situación que tienes que plantearte si uno de los dos se plantea mantener la vivienda. Es un camino que funciona a la perfección ante dicha tesitura. Vamos, que consiste en que uno de los dos le compre su parte a la otra.
Eso sí, ten un detalle siempre en la mente. Por mucho que tú y la otra parte lleguéis a un acuerdo, la entidad bancaria te seguirá teniendo como responsable de la deuda. Así que si esta no paga, tendrás que hacerlo tú.
Para evitar esta realidad, sería fundamental que consiguieras una novación de la deuda. Con ello, podríais llegar a un acuerdo con el banco y que solo la parte que mantenga la propiedad siga siendo responsable de devolver la hipoteca. No obstante, esto es algo que no suele aceptar la entidad. Después de todo, para ella es mucho más interesante contar con dos pagadores que con uno. Aumenta su seguridad.
El amor puede terminarse, igual te toca la lotería. El futuro es tan incierto que no merece la pena castigarse con dolores de cabeza varios. Por tanto, enamórate, constrúyelo y ya veremos qué sucede.