Hubo una época en que la sola mención de la cifra 2000 se asociaba a un escenario con ribetes futuristas. Nos imaginábamos infinidad de rascacielos de formas imposibles arañando las nubes; pintábamos un cielo surcado por carros voladores. Creíamos en ciudades gobernadas por voces robóticas cuando la máquina consiguiera dominar al hombre. Una vez ya asentados en el segundo milenio, resulta incuestionable el papel fundamental que las nuevas tecnologías interpretan en nuestro día a día. En nuestro hogar. Porque suponemos que habréis oído hablar de un fenómeno incipiente que ya es una realidad en el mundo inmobiliario. ¿Acaso no os suena el concepto casa inteligente? ¿Habéis oído hablar de la domótica? Porque en iCasas no gustaría valorar la creciente pujanza de este tipo de inmuebles en la industria.
He aquí nuestro análisis particular de la fuerza que va adquiriendo la smarthome en el sector de bienes raíces:
Ante todo, ¿qué son las casas inteligentes?
Aquellas que casi no requieren de una presencia entre sus muros para ser controladas. Las casas inteligentes se caracterizan por contar con unos sistemas de seguridad, iluminación y climatización conectados entre sí; son aquellas propiedades cuyos electrodomésticos permanecen enlazados a internet para que puedan ser manejados a través de la red. Son las viviendas de un futuro cada vez más cercano. Estos inmuebles son capaces de adaptarse a lo que desean sus moradores integrando las nuevas tecnologías en sus entrañas. Pero, ¿cómo es posible? ¿Qué es esto? ¿Superchería?
Se llama Domótica
El mecanismo mediante el cual se pueden controlar todos estos sistemas se denomina domótica, una técnica que permite automatizar la vivienda a través de redes internas y externas. Su funcionamiento se lleva a cabo gracias a la instalación de un cableado o de forma totalmente inalámbrica. Apenas existen aparatos que no se puedan dirigir a partir de esta virguería, a partir de tu propio smartphone o tablet. Ya son muchas la aplicaciones diseñadas para manipular los distintos sistemas incorporados en nuestro hogar desde la distancia. Aunque también se pueden poner en marcha desde tu propia casa, por supuesto. Su activación es ubicua. Tan sólo se necesita de una centralita que pueda mandar órdenes a los diferentes dispositivos que componen todo este entramado tecnológico. Y luego… ¡a disfrutar! Porque los beneficios que arroja son demasiados.
Beneficios que facilita
1. Ahorro energético: Las casas inteligentes, mediante la programación de distintos sistemas y electrodomésticos, permite minimizar el gasto energético implementando una gestión eficiente del mismo. Se pueden programar las calderas gracias a un termostato; se desconectan aquellos equipos que no se utilizan cuando otros están en marcha; algunos aparatos tan solo se activan en horarios de tarifa baja… Porque ser inteligente significa ser ahorrativo.
2. Seguridad: La protección de los ocupantes de la casa está más que garantizada con el diseño domótico, del mismo modo que también se aseguran las pertenencias de los inquilinos cuando ellos no están en la vivienda. ¿Tú sabes lo tranquilo que podrás viajar sabiendo que un simulacro de encendido de luces se activará durante tu ausencia? ¿Aún no sabes lo fácil que resulta programar una alarma con un sistema tan avanzado? Porque el sistema de seguridad no se encarga solamente de detectar la presencia de intrusos, pues también puede percibir cualquier cambio inusual de temperatura para enviarte una alerta a tu celular.
3. Accesibilidad: Gracias al uso del control remoto, los servicios que ofrece la domótica están abiertos a todos los públicos, sea cual sea su condición. Ya no habrá limitaciones para las personas con movilidad reducida, también podrán beneficiarse de sus privilegios las personas mayores. Se trata de un diseño al alcance de todos, sin excepción. Un sistema que contempla a todo el mundo.
4. Comodidad: Las casas inteligentes ofrecen comodidad en el sentido más amplio de la palabra. Son tantas las ventajas que aportan para el confort de sus habitantes que parece que fueron concebidas para eso. Ya no tendrás que preocuparte por ciertos quebraderos de cabeza de los que se puede ocupar una máquina; podrás programar cualquier sistema desde la distancia. Ganarás tiempo, ahorrarás esfuerzos. Apagado y encendido de luces, apertura automática de persianas, adecuar las estancias a la temperatura ideal, activar cámaras de vigilancia… Nada es imposible con la domótica.
5. Comunicaciones: Otro punto a tener en cuenta. Porque cuando la inteligencia se incorpora a tu hogar, las vías de comunicación surgen por doquier para que el habitante se vea totalmente abastecido ante cualquier contratiempo. Los mayores no tendrán que nada que temer en caso de que necesitar teleasistencia; el telemantenimiento es otro de los obsequios que también regala la domótica. Por no hablar de telefonillos, videporteros, informes de consumo… ¿Cómo no iba a haber comunicación con tantas facilidades?
Las casas inteligentes ya no son una fantasía. El futuro se acerca en forma de nuevas tecnologías.