Cuando era pequeño había un pequeño artefacto en el salón que me apasionó: la radio.
Por aquel entonces yo ya sabía que tenía mucha más historia y por eso me imaginaba a personas de otro tiempo reunidas a su alrededor para escuchar sus programas favoritos.
Si te soy sincero —aunque me avergüence con el tiempo— pensaba que antes de la televisión se emitían exactamente los mismos programas en la radio, con la particularidad de que eran solo sonido: desde películas hasta shows.
La verdad es que la estampa real distaba mucho de la que imaginaba, pero ahí estaba, en mi mente, convirtiéndola en un dispositivo todavía más especial.
Recuerdo que le preguntaba constantemente a mis padres cómo funcionaba. Solo tenía una antena y desde allí recibía toda la información. Sin tantos cables como tenía el moderno ordenador que también descansaba en el salón.
Durante mucho tiempo he investigado su historia y he querido conocerla al dedillo. Hoy te la quiero contar para celebrar el Día Mundial de la Radio.
La radio: el primer invento global del ser humano
Si estás buscando al inventor de la radio, lamento decirte que tendrás que marcharte por donde has venido.
Y sin respuestas.
Con las manos vacías y con la sensación de incertidumbre palpitando en tu pecho.
La radio es el primer invento que surge de toda la humanidad y de los progresos combinados de cada parte del mundo.
Por ello hablar de un solo padre sería faltarle al respeto a una de las historias más interesantes.
Acompáñame para descubrir todos sus matices.
Y a darle un nuevo motivo al mundo para convencerte de que juntos somos más fuertes.
Aunque se nos olvide tan a menudo.
La historia de la radio que ahora escuchas desde tu smartphone
Aunque hoy en día solo necesites teclear en tu ordenador el nombre de una emisora para escucharla desde cualquier rincón recóndito del planeta, no siempre fue así.
De hecho, durante mucho tiempo su historia fue diferente.
La radio fue el invento al que se enfrentó la humanidad tras el telégrafo y el teléfono.
Habíamos conseguido conectarnos con cualquier parte del mundo… siempre que existiera un cable entre nosotros.
Así que nuestro siguiente reto estaba allí, plasmado delante de nuestras narices. ¡Acabar con ese intermediario que limitaba el alcance de la voz humana!
Parece lógico, ¿no crees?
¿Qué hubieras hecho tú?
Todo cambió cuando entraron en juego las ondas electromagnéticas, pero antes hubo mucha más tela que cortar.
Quédate y descúbrela.
La vida antes de las ondas electromagnéticas
El primer nombre propio que tienes que conocer es el de Alessandro Volta.
Se trata del inventor de la pila voltaica —por aquella época de inventores era muy habitual darle tu nombre o un derivado a tu invento. Te vas a percatar durante este artículo—, que permitía producir electricidad.
Según me han contado, esa era la mayor cara de felicidad que era capaz de poner. ¿Te imaginas cambiar el mundo para siempre y que solo te saliera una pequeña arruga de la expresión?
Bueno, por lo menos de los países de occidente. El resto ya veríamos cómo lo hacíamos con el tiempo.
¿Te imaginas lo que hubiera sucedido en caso de que no se le hubiera encendido la bombilla?
Este descubrimiento marcó el punto de partida para que la humanidad diera un nuevo paso hacia delante y construyéramos lo que hoy entendemos como sociedad.
Unos cuantos años después llegó el telégrafo, que al principio solo eran unos cacharros sin mucho uso, hasta que llegaron a las manos de Morse.
Sí, el del código. ¿Ves lo que les gustaba en esta época dejar su nombre para el futuro?
Supongo que vivir en un mundo donde cada avance podría suponer una revolución impresionante es lo que tiene.
A partir de ellas, en 1873 James Clerk Maxwell redactó las ecuaciones generales sobre la propagación de las ondas electromagnéticas, aunque faltarían todavía 14 años para demostrarse que aquel papel era real.
Ese tiempo lo aprovechó un tal Graham Bell —¿te suena su nombre?— para lograr que a través de un cable se pudieran enviar sonidos.
Y menos mal que lo llamó teléfono y no el Bellefono. Que suena mucho peor.
Las ondas electromagnéticas cambiaron la regla del juego
Si quieres buscar en este punto un nombre sin el cual jamás hubieras escuchado tu emisión de radio favorita, este es Heinrich Rudolf Hertz. Cambió la historia en 1887.
Sé que te suena, aunque solo sea porque alguna vez has escuchado la palabra hercios.
Por cierto, que aunque te estés imaginando que él los descubrió y les puso su nombre, te equivocas. En esta ocasión se trata de un homenaje que le quisieron hacer después de su muerte.
A veces el mundo de la ciencia tiene gestos bonitos y todo, para que después digas.
La humanidad siempre ha tenido un ansia indomable por transformar la realidad que conoce.
Lo que todavía no he entendido es por qué todos tienen cara de no cambiar el mundo. Alguno parece que está esperando su turno en médico.
Toda esta dedicación desembocó en que en el año 1890 Edouard Branly inventara el primer aparato que recibía las señalas de la telegrafía sin necesidad de hilos.
Lo que para ti hoy es habitual, pero que por aquel entonces sonaba a un puente aéreo Madrid-Cráter Capital de la Luna.
Conforme los resultados se hacían más tangibles, más valientes se sumaban a esta aventura.
El siguiente nombre destacado es Alexander Popov. Que sé que este te suena bastante menos, pero es uno de los cuales ha dado forma al mundo tal y como lo conoces.
Que sepas que llevo todo el artículo apostando a cuál será la primera imagen en color que encontraré. ¿Tú por quién apuestas? ¡No vale bajar!
Así que quiero dedicarle unas líneas para colocarle en el lugar que la historia le ha robado.
Este caballero inventó en 1896 la primera antena radioeléctrica y construyó el primer receptor de ondas.
Los cables eran historia.
La radio aterriza en el mundo: Guillermo Marconi cambia el mundo
Aunque tan solo habían transcurrido nueve años desde que se realizó la primera emisión de ondas electromagnéticas, la realidad había cambiado para siempre.
Guillermo Marconi consiguió la primera patente del mundo (británica) sobre la radio en 1896.
Habemus nuevo medio de comunciación.
Pero que sepas que todavía tendría que sucederse muchos años para que tu abuela escuchara su novela favorita al lado de su transistor.
¿La tuya también lo hacía?
Guillermo Marconi fue uno de los ingenieros más destacados de su tiempo y por ello trató de aprovechar las ventajas que le ofrecía su patente para dejar una huella en la historia.
Así que solo un año después, en 1897, fundó la primera estación de radio en el mundo. La colocó en la Isla de Wight y te puedes imaginar que era radicalmente diferente a una estación de radio de la actualidad.
En el año 1889 logra un nuevo hito. Consigue la primera comunicación por medio de ondas entre Reino Unido y Francia.
Si en aquella época hubieran utilizado la expresión de que alguien estaba tocado por una varita, le habrían señalado a él.
Los cables ya eran algo del pasado. Un mensaje con voz había superado la barrera natural del océano y había llegado hasta su destinatario en perfecta calidad.
Te puedes imaginar cuál fue el siguiente hito con el que se obsesionó. Si había llevado su mensaje de Reino Unido a Francia, al otro lado del mapa el reto era todavía más complicado.
Así que se empeñó en querer mandar un mensaje al otro lado del Atlántico. Y lo consiguió.
En el año 1901 estableció conexión con Estados Unidos y solo 3 años después la oficina de Patentes de Estados Unidos le otorgó la patente de la invención de la radio.
El mundo era justo con sus éxitos.
La radio: de prototipo a perfección
La radio ya era una realidad. ¡Ahora faltaba potenciarla y convertirla en un instrumento que pudiera transformar la vida de las personas!
Personalidades de todo el mundo se lanzaron a aportar su granito de arena y, ya que estaban, dejar también su huella en la historia.
Aquí si que podemos decir que hicieron de un grano una montaña.
El primer nuevo nombre del que te quiero hablar es el de Alexander Lee de Forest, que mejoró la potencia y calidad en las transmisiones en 1906.
En 1918, Edwin Armstrong consiguió aumentar la capacidad de los receptores y que con un pequeño dispositivo en el bolsillo se pudiera recibir la señal.
Una década después, en 1928, Bell, Philips, Radiola y Telefunken comenzaron a comercializar receptores de válvulas eléctricas, en lugar de los de carbón que habían sido los protagonistas hasta la fecha.
Los nuevos componentes eléctricos del dispositivo también supusieron nuevos retos y es que las ondas electromagnéticas se perdían ante determinadas circunstancias.
Así que Edwin Armstrong quiso ponerle remedio con un sistema de alta calidad en 1938. Para ello empleó la modulación de frecuencia, que puede que te suene más si te digo que son las siglas FM.
Cada hogar con una radio
Los esfuerzos por perfeccionar la radio continuaron —con una pequeña pausa para maternos durante la Segunda Guerra Mundial— y en 1950 los laboratorios Bell inventaron el transistor. El punto de inflexión para la generalización de su uso.
En 1957 había personas que ya podían llevarse la radio a cualquier parte. La firma Regency lanzó el primer receptor transistorizado lo suficientemente pequeño que cabía en un bolsillo y estaba alimentado por una pequeña batería.
En 1963 se consiguió la primera comunicación vía satélite, que fue el pistoletazo de salida a las comunicaciones digitales, que fueron reales a partir de 1990.
En 1993 apareció la primera estación de radio por internet y con ello una nueva etapa para la humanidad.
¿Por qué se celebra hoy el Día Mundial de la Radio?
Después de contarte toda la historia de la radio, supongo que te interesa conocer por qué se celebra hoy el día de la radio, ¿verdad?
Pues como todo en esta vida, se debe a una conmemoración. En especial cuando significa que nos hemos dejado de matar.
El 13 de febrero de 1946, el Servicio de Radio de las Naciones Unidas (que también surgió después de matarnos) y que fue un símbolo de prosperidad para el planeta.
En honor a este periodo tan importante, y en respuesta a una propuesta de España, el Consejo Ejecutivo de UNESCO decidió proclamar el Día Mundial de la Radio. El gran objetivo es concienciar la sociedad para la importancia de la radio y también intensificar la cooperación entre locutores de diferentes países
La radio sigue muy viva
Cada vez que ha llegado un nuevo medio de comunicación a la realidad se ha especulado con el final de la radio.
La realidad es que nunca se ha producido.
Es un medio de comunicación que siempre ha sabido cómo adaptarse a la nueva realidad y encontrar su lugar.
Estoy seguro de que tú también la escuchas a menudo mientras conduces, en tu hogar o través de tu teléfono móvil.
Hay algo en lo que jamás perderá. Es el medio de comunicación más rápido. Será siempre el mejor instrumento para trasladar la actualidad.
¿Nos cuentas tu historia con la radio?
Nos encantaría saber cómo ha formado la radio parte de tu vida. Seguro que tienes por ahí alguna experiencia curiosa.
Por ello te pongo a tu disposición los comentarios para que nos cuentes tus historias.
¡Estamos deseando escucharte!