De todas las verdades que pueden existir en este mundo, hay una que no tiene posible respuesta. Hemos pensado que lo mejor era mirar hacia otro lado y la realidad nos ha golpeado con toda su furia. Sin embargo, ya no podemos aguantar más con este plan, así que ha llegado la hora de empezar a movernos. En este día del medio ambiente hay que comenzar a trabajar.
Cambiemos el mundo en el día mundial del medio ambiente
Probablemente, nuestro mayor problema es que no hemos tenido tiempo para madurar ecológicamente. Teníamos la idea de que podríamos con todo, que no había límite posible, pero al final nos golpeamos con la dura realidad, nos concienciamos de la manera más dolorosa de que no éramos pájaros.
Hoy por fin nos hemos decidido a tomar cartas en el asunto. Parecemos el adolescente al que dejan solo por primera vez en casa y que no tiene reparos en organizar la mayor fiesta que tiene a su alcance. Claro. Después tocará enfrentarse a las consecuencias.
Estamos decepcionados
Cuando nos hemos sentado delante del ordenador no teníamos claro cómo afrontar este artículo. Después de todo, ¿quién no es responsable de esta realidad? El camino se está tornando oscuro, sinuoso y hace tiempo que perdimos de vista la luz al final del camino.
Nadie puede escapar. Hay un punto de inflexión en el que todo culmina. Así que, o nos unimos todos, o la revuelta planeada carece de sentido.
Así que hemos reflexionado qué te podríamos decir. Nos hemos percatado de que estamos decepcionados con nosotros y con todos. Tratamos de gestionar las emociones y no es una tarea fácil.
Silencio: esta es nuestra respuesta
Sí. Falta de palabras. Cadencia imperturbable de un silencio que da miedo romper. Así es la manera en la que habrían reaccionado nuestros padres si nos hubieran encontrado en esta situación. En caso de ser flagrante… bueno, ahí ya no te queremos asustar. Tenían un pronto algo extraño, la verdad.
Y es que da miedo la sensación de quedarse helados ante la realidad cuando la temperatura de este planeta no ha hecho más que aumentar desde hace unos no se cuantas décadas. Quizá que estos extremos estén tan próximos a tocarse es el principal signo de la pesadilla a la que toca enfrentarse.
Necesitamos que alguien nos abra los ojos
No te queremos hablar de números, pues creemos que hoy no son necesarios. Todos conocemos las cifras. Está en nuestras manos actuar en consecuencia.
¿Qué estás dispuesto a hacer?